El joven Olek no es un simple cazador de osos, es un cazador con un corazón de oro que un día decide realizar un viaje para ver si «puede hacer algo en alguna parte». En su camino encuentra situaciones que, aunque no requieran de una gran valentía, como atar un cordón de zapato, tapar agujeros de un cubo, liberar a un conejo de una trampa, ayudar a un ave con un ala rota, sí le hacen implicarse y ayudar. Pero según va avanzando, los retos que se presentan son cada vez más complicados: incluso deberá salvar a doce niñas retenidas por el diablo y enfrentarse a él aun a riesgo de perder la vida? Y es que los viajes a veces son duros y plantean situaciones muy difíciles, pero las buenas acciones, por pequeñas que sean, tarde o temprano se ven recompensadas; al igual que las cosas pequeñas que hacemos, por pequeñas que sean, pueden llegar a salvar a las personas? Además, como le ocurre al joven Olek, si uno hace lo que buenamente puede, podría descubrir cosas fantásticas que jamás hubiera sospechado.