En la transmisión de las antiguas teorías musicales no hubo en el Occidente latino solución de continuidad entre la Antigüedad tardía y la Edad Media; figuras como Boecio o Casiodoro así lo demuestran. Pero en ese proceso ni los escritos de Casiodoro ni los de otros, como Censorino, Calcidio, Macrobio, Favonio Eulogio o Marciano Capela, que se ocuparon de cuestiones musicales durante la latinidad tardía y primer medievo, pueden compararse al De institutione musica ('Sobre el fundamento de la música') de Boecio.
Por su planteamiento específico, por su enfoque técnico, por su espíritu abierto a una amplia perspectiva de las anteriores tradiciones musicológicas, la de Boecio es una obra singular; punto de llegada de las antiguas tradiciones griegas y punto de partida de la doctrina musical posterior: en este campo científico, después de los escritos de Aristóxeno, la Harmonica de Ptolomeo y el tratado de Boecio son las dos obras técnicas más importantes que nos ha legado la Antigüedad. El De institutione musica es el último intento por parte de un escritor latino de ofrecer una visión de conjunto de la antigua música grecorromana; es asimismo el primer gran monumento de la teoría musical del medievo; su influencia posterior, sobre todo, a partir del siglo IX, fue enorme.