En 1634, en la Imprenta del Reino de los Austrias, aparecía el libro “Oculta Filosofía” en el que, de un modo un tanto heterodoxo, el prolífico jesuita Juan Eusebio Nieremberg daba razón de la capacidad terapéutica de la música en las dolencias del cuerpo, así como de su valor como medicina del alma. Reelaboración de la sabiduría de los antiguos desde una perspectiva religiosa, el texto nos aparece hoy no sólo como una curiosidad histórica de la cultura española del s. XVII sino también como compendio de una mentalidad que —tan supersticiosa como erudita—se deja releer sin complejo alguno. Por vez primera se recuperan los capítulos más representativos de este singular viaje por la curación del alma a través de la música.