En 1962, por encargo de la revista Vogue, el prestigioso fotógrafo Bert Stern tomó una serie de fotografías de Marilyn Monroe, para la que la que la actriz, de manera excepcional, aceptó posar desnuda. Esta serie de más de 2.500 fotografías nos ofrece una imagen inédita bien alejada de la típica visión que de ella nos muestran las fotos de rodaje o de estudio más difundidas. La muerte de Marilyn tuvo lugar la víspera de la publicación del reportaje de Vogue que incluía las fotografías. Este libro presenta la selección de las fotografías más representativas, elegidas por el propio Bert Stern.