En el transcurso de la historia del cine sonoro, los cineastas han concedido cada vez más importancia a la banda sonora, cuya riqueza es hoy un factor esencial de calidad estética.
En la actualidad, saber analizar lo que escuchamos en el cine –palabras, música, sonidos– contribuye a la comprensión de la obra de un cineasta y es también un elemento determinante en la emoción transmitida por el filme.
Con El sonido en el cine, Laurent Jullier aporta una perspectiva histórica en la que descubrimos que en las salas de la época del cine mudo ya existía un rico universo sonoro, que las pistas múltiples son un invento antiguo o que la revolución numérica se dio por primera vez en Francia…
Asimismo, la obra permite comprender las prácticas de los oficios relacionados con el sonido. En un filme se pueden identificar tres tipos de técnicos que trabajan con el sonido: los técnicos y los asistentes lo graban durante el rodaje, los montadores lo enriquecen o sustituyen las tomas en directo antes de añadir la música, y por último los mezcladores ensamblan, jerarquizan y confieren al filme la tonalidad sonora que desea el cineasta.
Un botiquín de primeros auxilios para el espectador desorientado, análisis de secuencias, entrevistas y documentos de trabajo de profesionales completan este estudio del sonido en el cine.