La obra y la vida de Arthur Rimbaud (Charleville 1854-Marsella 1891) forman sin duda uno de los mitos más poderosos de la literatura moderna. Único y milagroso, como Mozart en la música, compuso a los diez años, en una redacción escolar, su primer poema. De los diecisiete a los diecinueve, Le Bateau ivre, Voyelles y sus dos obras maestras, Les Illuminations y Une Saison en enfer. Es entonces, en la cumbre de su genio, cuando Rimbaud deja de escribir a la edad en que otros empiezan. La rabiosa rebelión que culmina su aventura vital define para siempre los límites de la poesía: Rimbaud, que había soñado en los días de su fe en el arte con convertirse en un vidente, llegó a ser, cuando abandonó la escritura, un vagabundo primero y, posteriormente ?después de jugar con la idea de ordenarse sacerdote?, un curtido negociante de la costa de Somalia y Etiopía, implicado en la venta de esclavos y en el tráfico de armas. El silencio de sus últimos años hasta su muerte a los treinta y siete cierra el misterio de una vida que parece desafiar cualquier interpretación. Enid Starkie dedicó muchos años a la investigación sobre Rimbaud, a quien consagró tres libros. Su biografía, después de tres versiones aumentadas y corregidas, tiene hoy, después de más de cincuenta años, el reconocimiento unánime de ser una de las mejores obras sobre el autor de Les Illuminations y el recorrido más completo de su destino fascinante. Enid Starkie fue hasta su muerte en 1970 una de las máximas figuras en el campo del estudio crítico de la literatura francesa.Enseñante a lo largo de toda su vida, aunque nunca como profesora titular, impartió cursos en Exeter y Oxford y en universidades norteamericanas como Berkeley,Columbia o Seattle. Su compromiso progresista la llevó a participar activamente en la política universitaria oxoniana y su figura facilitó en muchos casos que el debate trascendiera los muros de la institución. Quizá fue su propia rebeldía la que despertó su interés por los autores llamados «malditos», cuyas vidad y obras estudió con igual meticulosidad, como Baudelaire, Rimbaud y Gide.También publicó ambiciosos estudios sobre Flaubert y, fuera del ámbito de la crítica, una evocación de sus primeros años titulada A Lady?s Child.