Walt Whitman nació en 1819, y cuando aún era un
adolescente abandonó la escuela para dedicarse a oficios múltiples
y sobre todo a vagabundear, a vivir la vida y a plasmarla en poemas que
iba atesorando en su magna obra -obra viva y abierta hasta su muerte- Hojas
de hierba (1855-1892).
Días cruciales en América reúne diversas
cartas y apuntes que constituyen una especie de diario de la Guerra de
Secesión norteamericana, en la que Whitman participó como
cooperante civil en el ejército de la Unión. El poeta curó
heridas, asistió a los amputados, confortó a los enfermos,
redactó cartas a los soldados que no sabían o no podían
escribir, e incluso llegó a ayudar económicamente a alguno
de ellos. No obstante, en medio de tanta desgracia, su bondad radical de
hombre libre y fraterno lo eleva, aun en los momentos más
agrios, a su particular esfera de la felicidad, que para él no es
más que el disfrute de la vida, sean cuales sean las tragedias cotidianas.
Pero en este libro tan fragmentario y espontáneo, también
se nos muestra Whitman como un severo comentarista político, mucho
más combativo que en sus anteriores escritos periodísticos
contra las, a su juicio, corruptas monarquías europeas y los peligros
que acechaban a la naciente República democrática norteamericana.
De este modo, Días cruciales en América se convierte
en un canto a la libertad política, al progreso y a la República,
sin dejar de ser un texto en muchas ocasiones poético y siempre
rezumante del glorioso y carnal sentir de los días.