El rigor profesional de magistrados e investigadores es el factor esencial para que la mafia comprenda que Sicilia no es el patio de su casa y servirá por tanto para neutralizar la insolencia y arrogancia del mafioso ante la autoridad del Estado. Puedo afirmar que el mejor resultado alcanzado a partir de las investigaciones practicadas en Palermo en los últimos diez años se ha fundado precisamente en privar a la mafia de su aura de impunidad e imbatibilidad. Incluso aunque los condenados del macrojuicio sean puestos en libertad, se habrá logrado un resultado: que la mafia sepa que puede ser conducida a los tribunales y que sus capos pueden ser condenados. Los resultados sólo llegan con un compromiso férreo, constante, diario. Sin jactancias ni diletantismo. En la medida en que la batalla que libramos es una guerra auténtica con sus muertos y heridos, debe combatirse con el mayor empeño y seriedad. Los que han frivolizado o querido pasar por luchadores sin serlo han acabado pagándolo, en muchos casos dejándose la vida en ello.