El libro se articula en forma de discurso directo donde Nicolas Sarkozy expone motivos y causas por los cuales quiere conquistar la presidencia: Por muy lejos que me remonte en mis recuerdos, veo que siempre he querido actuar. En mi mente la palabra, las ideas, la comunicación sólo tienen sentido en la medida en que permiten y sobre todo facilitan la acción. Transformar lo cotidiano, hacer factible lo imposible, buscar márgenes de maniobra, eso es lo que siempre me ha apasionado. La política no era una tradición familiar. Incluso todo tendría que haberme alejado de ella: no tenía ni relaciones, ni fortuna, no era funcionario y además tenía un apellido que, por su sonido extranjero, habría convencido a más de uno a permanecer en el anonimato antes que exponerse a la luz. Pero la política tiene ese interés único y absolutamente exigente de avanzar con el pueblo y no contra él ni sin él. Me gusta la idea de una acción común hacia un mismo objetivo que dé esperanza a millones de personas. Son muchos los que han renunciado. Renunciado a creer que el mañana puede ser más prometedor. Renunciado a la promoción social para su familia. Renunciado a un porvenir más dichoso para sus hijos. Pretendo explicar que no existe la fatalidad para el que acepta atreverse, intentar, emprender. En un mundo que se mueve a toda velocidad, el inmovilismo es la postura más arriesgada tanto para nuestro país como para cada uno de los franceses. Me gusta construir, actuar, resolver los problemas. Creo que todo merece la pena y que al final el esfuerzo es siempre recompensado. Esa es la razón por la que yo me dedico a la política, esa es la razón por la que sigo creyendo en la voluntad y eso es lo que justifica, a mis ojos, querer conquistar las más altas responsabilidades. He aquí mi palabra.