Es la primera biografía que se publica sobre la figura de un hombre que para muchos es el principal impulsor de un debate interno de la izquierda abertzale, responsable de su desmarque de la violencia y del «compromiso con las vías exclusivamente pacíficas y democráticas». Es el hombre nuevo para la nueva «Euskal Herria». El diputado sin corbata. El que rompe con las ataduras de la sociedad burguesa, como preconizaba el Che, y en este caso también el hombre llamado a liderar la ruptura de «Euskal Herria» con el «Estado español».
Para sus detractores, en cambio, es un hombre más bajo las órdenes de ETA. Otegi no es nuevo. Un completo desconocido hasta que en 1997, por pura carambola, se convirtiera en el principal portavoz de Herri Batasuna. Se unió a ETA en su juventud (a su facción político-militar, y a la militar en 1981 para continuar la «lucha armada»). Cumplió condena por un secuestro. Y vuelve de nuevo a la cárcel por tratar de recomponer una Batasuna que ya no cuenta con él ni siquiera como el candidato a lehendakari en la sombra. La cara más famosa de la izquierda abertzale no podía ser eterno en una organización que presume de horizontalidad. El hombre nuevo se hace viejo cuando su proyecto político alcanza las mayores cotas de poder de su historia.