El proceso de Nuremberg fue el primero en que se condenó a los dirigentes de un país por crímenes contra la humanidad, con lo que se estableció un precedente que se aplicaría después en Yugoslavia, en Ruanda o en Irak. James Owen se ha propuesto ir más allá del mito que afirma que fue un acto modélico de justicia, para mostrarnos la realidad de lo ocurrido, sin excluir sus aspectos más oscuros, a la vez que recupera sus dimensiones de gran tragedia, reconstruyéndolo a través del cruce de los recuerdos de quienes participaron en él (el coronel que estaba a cargo de los presos, el psicólogo Gustave Gilbert o los jueces Norman Birkett y Francis Biddle), con los fragmentos más significativos de las actas del propio proceso, como las estremecedoras declaraciones de Hoess, el comandante de Auschwitz, o los intentos de justificación de los acusados, que nos llegan en las voces de Goering, Doenitz, Jodl, Speer o Fritzsche. Como ha dicho David Bowes, este libro nos ofrece “un asiento de primera fila en el mayor proceso de la historia”.