Un conductor asturiano que no acertaba con el alcoholímetro de la cogorza que llevaba encima.
- A ver, sople aquí.
Y no podía. Cuando pasaba un rato le repetía el agente:
- Vuelva a soplar.
Tampoco.
- Otra vez más...
Así varias veces. Hasta que el conductor asturiano pasado de grados le replica:
- ¡No pensarás que soy un compreso!
Tras el éxito de Tricornio de guardia, que recogía las anécdotas más sorprendentes y divertidas de la Guardia Civíl. Presentamos esta nueva edición ampliada que incluye un capítulo dedicado a la incorporación de la mujer, cuando se acaban de cumplir veinte años de la primera promoción.
Con este nuevo capítulo se rinde un homenaje a dos décadas de presencia femenina en el Cuerpo que ha propiciado cientos de situaciones divertidas.
Una alumna en la Academia de Baeza entra un día en la oficina y le dice a la instructora:
- No puedo quitar las horquillas del Cetme.
La instructora le responde sonriendo:
- A ver, no se llaman horquillas... Eso son los pasadores.
Y la alumna, sin darle importancia, le replica:
- Ya sabía yo que tenía algo que ver con el pelo...