Un divorcio pone fin al vínculo entre una pareja, pero no a la relación de ambos con su hijo. De hecho, lo que realmente puede traumatizar a los hijos es la hostilidad entre los padres divorciados, ya que el niño sigue necesitando un padre y una madre que lo quieran, le apoyen y estén siempre a su lado, haciéndose cargo de su educación. Los autores de este práctico manual te ayudarán a: Exponer con claridad la situación a tus hijos orientarlos durante el proceso de separación, autorizarlos con sinceridad a que os quieran a los dos por igual, crear un hogar estable en el que se sientan apoyados, mantener una actitud positiva por difíciles que sean las situaciones que vayan surgiendo. Cuando el proceso de divorcio haya pasado a ser un mero recuerdo, tus hijos te agradecerán que lo vivieras sin dramatismos ni tensiones, y te respetarán por ello.