Al calor de los aires de reforma moral auspiciados por la Revolución Gloriosa que tuvo lugar en Inglaterra a finales del siglo XVII surgieron allí las Sociedades para la Reforma de las Costumbres, asociaciones voluntarias de laicos piadosos fundadas con el objetivo de eliminar el vicio y la irreligiosidad de la vida pública. La primera sociedad se fundó en Londres alrededor de 1690, con el propósito de suprimir los burdeles, que eran vistos como semillero de muchas otras clases de delitos, y, en general, «contra la espantosa y general corrupción de las costumbres». Hacia 1699 se habían organizado ocho grupos más, y alrededor de 1701 había en Inglaterra más de veinte sociedades.
Con este telón de fondo la propuesta de Mandeville en este texto de 1724 se resume con facilidad: la mejor solución para el problema de la prostitución es regularla mediante el establecimiento de burdeles públicos bajo supervisión gubernamental. Y para defender sus tesis escribe un texto cuyo objetivo, anuncia, es probar la siguiente proposición: que la prostitución pública no es tan criminal en sí misma, ni tan perjudicial para la sociedad, como la prostitución privada y que favorecer la prostitución pública con la construcción de burdeles no sólo evitará la mayoría de las consecuencias negativas de este vicio sino que disminuirá el grado de prostitución en general y la reducirá a los límites mínimos en los que pueda contenerse.