Entre 1965 y 1985, aproximadamente, una familia de movimientos sociales transformó considerablemente la política de las naciones industriales avanzadas. Estos movimientos alternativos -como el ecologismo, el feminismo o el pacifismo-, descritos a veces como sociales, han luchado por los viejos ideales de justicia y emancipación en las cambiadas circunstancias de una crisis de civilización de la que hoy puede pensarse que amenaza incluso la mera supervivencia de la especie humana.
En muchos ámbitos -desde la tecnociencia hasta la producción industrial, desde la demografía hasta la acumulación de arma de destrucción masiva- la continuada expansión de la civilización occcidental ha alcanzado límites que tornan imposible, irracional o contraproducente un crecimiento posterior. En este mundo de las muchas crisis, los nuevos movimientos luchan, en condiciones históricas de dificultad extrema, por devolver conciencia autocrítica y capacidad de autocontrol a nuestras sociedades; y no falta quien percibe en ellos una posibilidad de regeneración democrática para sistemas políticos representativos que hoy ofrecen rasgos degeneración.
Riechmann y Fernández Buey, estudiosos desde hace años de los movimientos sociales -además de comprometidos activamente en su desarrollo-, ofrecen en este libro a los estudiantes de ciencias sociales y al público interesado en general uno de los primeros análisis rigurosos de este fenómeno escritos en castellano.