El presente libro tiene primordialmente dos objetivos. El primero, ofrecer los testimonios recogidos en la prensa y en el archivo personal del autor que permitan a los lectores de hoy conocer y juzgar los divergentes y polémicos significados atribuidos a su nombramiento como embajador ante la Santa Sede, suceso diplomático que marcó un hito positivo en la historia de las relaciones entre España y la Sede Apostólica, interpretado en el contexto ideológico y político del momento en que tuvo lugar. El segundo, mostrar cómo un embajador profesional puede servir eficaz y honestamente al gobierno que lo nombra, aunque su ideario personal no se ajuste íntegramente al que ostenta la autoridad que lo elige, dentro siempre de los límites que imponen la dignidad moral y la coherencia intelectual recíprocamente apropiadas. La lealtad de un embajador a su gobierno, en primer término, pero también al ente soberano cerca del cual esté acreditado, es un doble deber exigible sin reservas, entendiendo que incumbe al representante diplómático la obligación de solicitar eventualmente su relevo cuando su conciencia moral le impida seguir promoviendo valores que juzgue incompatibles con la ética básica que profesa. El acervo de textos y documentos que presenta este libro demuestran que el autor cumplió en el ejercicio de su cargo con todas las exigencias requeridas.