Al igual que el clima, en constante e impredecible variación, los sentimientos forman parte de la vida, y nos hacen pasar de un radiante día soleado a una lluviosa tarde otoñal que nos llena de tristeza. Los relatos que se incluyen en este libro giran precisamente en torno a esa alternancia de los sentimientos, y su propósito es reforzar la seguridad en sí mismos de los niños, ayudándolos a hablar abiertamente acerca de sus sentimientos y a reflexionar sobre ellos, al vez que ofrecen propuestas para asimilar mejor los de índole desagradable. La autora pone en práctica su prolongada experiencia en la enseñanza de técnicas de relajación con el fin de despertar en el niño sentimientos de todo tipo, no sólo positivos sino asimismo, y sobre todo, negativos, pues sólo cuando nos enfrentamos cara a cara a nuestros enfados y temores somos capaces de resolverlos a diario de forma eficaz.