«No hay mejor negocio que el negocio del espectáculo.» Esta celebre frase de Irving Berlin se convierte, en cierto modo, en el leitmotiv del presente libro. Pero el uso que hace de ella Alfonso Santisteban se aleja en buena medida de la que sin duda fue la intención primera de su creador, pues el esplendor y el optimismo que parecen desprenderse de estas palabras mil veces repetidas se pueblan de sombras y zonas oscuras que empañan el brillo de los oropeles, poniendo al descubierto la verdadera cara de un mundo tan fascinante para quien lo contempla desde fuera como desolador para quien lo vive desde dentro. A lo largo de sus páginas, el lector podrá hacer un completo recorrido por los últimos cuarenta años del mundo del espectáculo en nuestro país de la mano de uno de sus principales protagonistas. La mirada de Santisteban no es amable, sino, como él mismo, crítica, independiente, rebelde, pero siempre verdadera, justa con los buenos profesionales y dura con quienes sólo aparentan serlo. Porque cuando acaba la función y las luces se apagan, las sonrisas desaparecen de los rostros de sus protagonistas para dar paso a un mundo de comportamientos humanos, demasiado humanos, en el que la mediocridad, la envidia y la falsedad no son precisamente la excepción.