Una de las premisas esenciales de este libro sobre el dibujo en las escuelas es que las obras de arte brindan los modelos básicos con los que se alimenta. En resumen, el arte proviene del arte y el dibujo proviene del dibujo.
Muy a pesar nuestro, todos somos hijos de determinadas sociedades artísticas y estéticas, como la sociedad del arte infantil, por ejemplo, o del arte de las cubiertas de discos, de los cómics, etc. En este libro se propone que los niños entren en otra sociedad artística, la más rica e importante de todas ellas: la que se encuentra en los museos y galerías de arte. Familiarizarse con los principales modelos creativos de las artes visuales puede ser beneficioso para la individualidad, originalidad e inventiva de los alumnos.
Aquí se exponen dos finalidades distintas de los programas escolares de dibujo. En primer lugar, el desarrollo de las facultades del dibujo y el poder de la creación gráfica. Y después, el desarrollo de una comprensión del arte a través de un proceso de re-creación. Ciertos profesores se decantarán por una u otra de estas dos finalidades; otros las valorarán por igual. Para los autores de este libro, ambas son importantes.