Segovia era una provincia que votaba tradicionalmente a las derechas y donde las organizaciones obreras y republicanas no habían protagonizado actos de violencia durante los años de la república. ¿Cómo explicarse entonces que la represión franquista causara 358 muertes documentadas, de las que más de doscientas fueron ejecuciones ilegales, sin juicio ni garantía alguna? Entre los libros que estudian la represión en la guerra civil éste representa algo distinto. Nunca se había realizado una investigación tan exhaustiva en toda una provincia, que pudiera llegar hasta devolvernos las historias personales de cada una de las víctimas. Nunca se había profundizado hasta tal punto en la terrible realidad de la represión ilegal que llevó a tantos hombres y mujeres a la muerte por envidias y rencores, por quedarse con los bienes del denunciado, eliminar un competidor o resolver un viejo pleito. Nunca se han clarificado hasta tal punto las responsabilidades de los que mataron y de los que dejaron que se matara, sin hacer nada por impedirlo.