La llamada «comedia de capa y espada» basa su eficacia en la habilidad del dramaturgo para enredar y desenredar una trama basada las más de las veces en la confusión y el engaño. Ningún autor del Siglo de Oro fue más hábil en ese cometido que Pedro Calderón de la Barca, quien cultivó el género a lo largo de dos decenios de sostenido éxito, inaugurados de forma magistral, todavía en su juventud, con La dama duende, ameno juego de amores, dudas, osadías y desplantes que se resumen en la tramposa alacena que preside la acción dramática. Junto a una anotación exhaustiva y un estudio minucioso de las interpretaciones de la obra, Fausta Antonucci edita un texto depurado, basado en la Primera parte de las comedias calderonianas (1636) y corregido a la luz de todos los testimonios (impresos y manuscritos) del siglo XVII, entre los que destaca la versión publicada en la colección Diversos autores (1636), cuyo tercer acto, que presenta notables divergencias con respecto al de la parte, se ofrece aquí en apéndice.