El sábado 2 de agosto de 1941, el Washington Post informó de que Franklin D. Roosevelt iniciaría al día siguiente unas jornadas de pesca a bordo de su yate. En la mañana del día 5, el Potomac navegaba en dirección a las costas del cabo Cod, pero el presidente no viajaba a bordo. Tras desembarcar con gran discreción y en plena noche, Roosevelt, a quien se habían unido sus asesores militares de más alto nivel, se dirigía a Terranova, donde los gobiernos estadounidense y británico iban a celebrar una cumbre secreta para coordinar sus esfuerzos militares. Estados Unidos todavía no había declarado la guerra a Alemania y los británicos constataron, perplejos, la escasa preparación de los norteamericanos. Sea como fuere, lo cierto era que Estados Unidos iba a verse inmerso en la contienda en cuestión de meses.
Alan Schom ha sido elogiado por su fuerza dramática y narrativa, su facilidad para la descripción de personalidades extraordinarias y su perspectiva innovadora e iconoclasta. En este libro, relata la tensa secuencia de maniobras diplomáticas, graves errores estratégicos y éxitos atronadores que se gestaron en los salones de la Casa Blanca, Downing Street y el Palacio Imperial, así como en las aguas y las costas del Pacífico. Figuras capitales de la guerra cobran vida en una serie de esbozos magistrales: el emperador Hirohito, que ansiaba ampliar la influencia de su país; el general Douglas MacArthur, egoísta y destructivo, que demostró una gran incompetencia en la campaña de Filipinas; el contralmirante Kelly Turner, que desempeñó un papel fundamental en el vuelco que iban a dar los acontecimientos; y el almirante Tanaka Raizo, frío y calculador, que fue el verdadero protagonista de los sucesos de Guadalcanal.