Un viaje apasionante por la historia del amor en la época de los trovadores que muestra cómo vivían las personas este sentimiento.
Tristán e Isolda, Eloísa y Abelardo… El amor fue una inspiración divina para los autores de la Edad Media. Los trovadores proponían un nuevo arte de amar y elaboraron un “mapa de la ternura”. Las obras literarias de la época nos hablan del amor, sin olvidar la sexualidad, puesto que los vecinos árabes poseían una cultura refinada del arte amoroso y todo esto terminó influyendo enormemente a sus contemporáneos medievales. Aunque, para la Iglesia, el amor era una pasión inquietante que hace perder la cabeza, el vínculo amoroso permaneció en el seno del matrimonio. Alcuino, en la primera mitad del siglo IX, no ocultó su inmenso dolor tras la muerte de su esposa. Se raptaba a las jóvenes, con su consentimiento, para propiciar las uniones que las familias rechazaban. Fuera del matrimonio el amor también triunfaba: sólo hay que recordar el concubinato de san Agustín, o la pasión demostrada por Romeo y Julieta…