El trabajo en el restaurante Arzak esta dividido en varias facetas. La cocina, la sala, el laboratorio, la oficina y el mantenimiento. Cada una de las cinco cumple una función vital en el buen funcionamiento de nuestra casa.
La historia de este libro esta escrita desde una pequeña parte de esta casa, el laboratorio. Un local aparte del restaurante, aunque en el mismo edificio, con todos los avances tecnológicos que puedan estar a nuestro alcance. Desde aquí se comienza a bocetar lo que serán en un futuro los platos del restaurante. Ellos se desviven rompiendo, escudriñando las posibilidades de los productos, de las técnicas. Labor bonita y muchas veces ingrata. Se dedican a elaborar las ideas, buscar sabores, reinventar conceptos, que entre todos van aportando. Para ello, principalmente leen y viajan. Pero también es verdad que durante las 24 horas del día tienen la mente en positivo para asimilar lo que ocurre a su alrededor en clave de cocina. Al volver al laboratorio, trabajan esa idea para ver si el plato “inventado” puede llegar a buen puerto. La mayoría no lo hacen, por eso cuando el ínfimo porcentaje de las que pasan llega al comedor, se sienten muy satisfechos. Misión cumplida.
Trabajo en el que participan Elena Arzak, Igor Zalakain, y Xabier Gutiérrez bajo la atenta batuta de Juan Mari Arzak.
El núcleo del libro es una inmersión en los aperitivos también llamados picas, entrantes o pintxos y, describiendo 58 de ellos, el autor reflexiona sobre el mundo de la cocina.