La fibra brilla por su ausencia en nuestra alimentación diaria. Y eso que es un poderoso aliado para mantenernos sanos y en buena forma. Disminuye los niveles de colesterol, corrige el estreñimiento, reduce el riesgo de padecer enfermedades de corazón, e incluso previene el cáncer.
Hay diversos tipos de fibra (pectina, celulosa, lignina...) y puedes encontrarla en los cereales integrales, la fruta, las verduras, las legumbres, los frutos secos y hasta en las algas. Pero cambiar de hábitos alimenticios nos resulta complicado ¿verdad? Este libro te ayudará a conseguirlo. En sus páginas aprenderás poco a poco a reconocer los alimentos más ricos en fibra (cuidado, no es fibra todo lo que reluce), cómo cocinarlos... y a saborearlos. Porque efectivamente, la fibra no está reñida con los placeres de la buena mesa. Al contrario, sus texturas, aromas y combinaciones con infinitas.