Los dos grandes territorios que Epston y White exploran para nosotros en este libro son los siguientes: por un lado, el asunto de la “externalización del problema”; por otro, y consecuentemente, la variedad de formas en que podemos usar terapéuticamente la palabra escrita. De este modo, y a través de numerosos ejemplos, el lector puede elegir entre una gran variedad de nuevas intervenciones y cosechar así los frutos de un nuevo terreno que ya ha sido cuidadosamente arado, regado y sembrado para nosotros. Al final, Epston y White nos invitan a preguntarnos: ¿cómo podemos hacer posible la escritura de relatos personales y colectivos que liberen y curen, cuando los relatos dominantes están tan saturados de problemas? Al publicar este libro, los autores están compartiendo algunos de sus descubrimientos en relación con este interrogante. ¿Cuál es la disposición del profesional a unirse a ellos en esta exploración y a dotarse de habilidades en el uso de medios literarios para reanimar la vida de sus clientes y de sus familias?