"La vida está hecha de momentos, trocitos de mica en un estrecho y largo camino de granito. Sería maravilloso que nos llegaran intactos, sobre todo llevando la vida que llevamos la mayoría de nosotros, peor eso no puede ocurrir. Tenemos que aprender a vivir, vivir realmente... amar el viaje, no el destino"
Anna Quindlen, novelista y periodista, reflexiona sobre qué hace falta para "tener una vida plena": disfrutar del día a día siendo tú mismo, en lugar de dejar que pase el tiempo. "Porque si no supiéramos que las agujas del reloj avanzan, sería muy fácil desperdiciar el tiempo". Su madre murió cuando ella tenía diecinueve años: en ese momento, pasé de ver el mundo en blanco y negro a disfrutarlo en tecnicolor... Aprendí algo sobre la vida, que es gloriosa y que no sirve de nada pensar que es para siempre". Pero, ¿cómo vivir pensando así?. En este libro, Anna Quindlen nos guía en ese camino.