Los sentimientos básicos del hombre no son mentales ni primitivos, nacen de los encuentros con los otros, situaciones y trabajo en la vida cotidiana.
Esta obra analiza como, aún los más opuestos, en el proceso de la dialéctica subjetiva se crea una síntesis superior que los interrelaciona: el odio esconde amor, la tristeza alegría, la melancolía placer de sentirse, la congoja secreta serenidad, y la felicidad todavía espera el Nosotros que la hará posible.
Un libro imprescindible en los tiempos actuales, que invita al lector a la introspección sensible, una experiencia sentimental por la que llegará a conocer aspectos desconocidos de sí mismo.