“En el divorcio hay que pasar del jaque mate a las tablas”, propone el juez Serrano. Este libro viene a confirmar esa máxima pues recoge su apuesta decidida y novedosa por la mediación y la conciliación familiar frente a la criminalización actual de los procesos de divorcio. Desde hace tiempo se viene observando en nuestro país un incremento del clima de crispación en el ámbito de las relaciones familiares una vez que se consuma una ruptura matrimonial. Son situaciones auténticamente patológicas, donde la frustración de la relación truncada, el reparto económico, la custodia de los hijos y la presión ambiental despiertan el resentimiento y el despecho, llegando a cegar a los cónyuges hasta el punto de no pararse en consideraciones sobre los descomunales daños y sufrimientos infringidos al otro miembro de la pareja y, sobre todo, a los hijos e hijas, víctimas colaterales de ese tsunami emocional. Cada vez entran más en juego fenómenos de violencia doméstica, denuncias falsas, trastornos que afectan a los hijos (entre ellos el síndrome de alineación parental SAP, el síndrome Munchaussen, los trastornos alimentarios), y cada vez se tiene menos en cuenta la posibilidad del acuerdo, de la salida extrajudicial y los efectos positivos de cara al interés y felicidad del otro y de los hijos. Aunque tildados de políticamente incorrectos, este libro pretende un enfoque realistas, especialmente crítico con la actual tendencia a la criminalización de las crisis de pareja. Un enfoque de auténtica igualdad de género y de defensa del derecho preferente del menor, que reclama la prevención, conciliación, mediación, erradicación de privilegios injustificados, aplicación selectiva de la normativa penal de violencia, como las mejores herramientas para poner término a la auténtica guerra en que se ha convertido una posibilidad de ruptura civilizada como el divorcio.