¿Qué es propiamente la acción en términos de eficacia? La tradición europea concibe la eficacia a partir de la abstracción de formas ideales erigidas en modelos que se proyectan en el mundo y que la voluntad establece como un objetivo que debe cumplirse. Por tanto, toda acción parte de un plan ideado de antemano y su finalidad es adecuar los medios a los fines.Para nuestro asombro, descubrimos en lo más lejano, en China, que existe un concepto de eficacia distinto y, si cabe, más amplio de miras, pues nos enseña a dejar que llegue el efecto; no a buscarlo, sino a implicarlo, sin pasar por la relación entre teoría y práctica; es decir, a apoyarse únicamente en la evolución de las cosas, adecuándonos con la mayor claridad a los acontecimientos del mundo. Mediante un profundo análisis comparativo de dos filosofías de la experiencia tan contrapuestas como Europa y China, el filósofo y sinólogo François Jullien ampliará sensiblemente nuestro horizonte cultural, hasta el punto de hacernos preguntar si realmente nuestra noción de eficacia ;de Aristóteles a Maquiavelo o Clausewitz; ha sido realmente pensada; si no es demasiado corta, ni demasiado rígida como para poder captar la sutileza que nos plantean los chinos de hacer o dejar que la realidad actúe por sí misma, para así comprender cuáles son las verdaderas condiciones de la efectividad.