Las cuestiones morales relacionadas con la ayuda que podrían prestar los médicos a los pacientes que desean morir con dignidad tienen una importancia primordial para la profesión médica, los filósofos preocupados por la ética y la sociedad en general. Este debate se aviva con aquellos casos que van más allá de la eutanasia pasiva y llegan a una forma u otra de dar muerte. En este punto, se hace acuciante una exposición lúcida de dos puntos de vista opuestos, y éste es el objetivo principal de este libro. Dos destacados filósofos, Gerald Dworkin y R.G. Frey, afirman que, en circunstancias muy concretas, es moralmente permisible -y debería serlo también desde un punto de vista legal- que los médicos faciliten los conocimientos y los medios necesarios para que los pacientes puedan quitarse la vida. Una de las más conocidas estudiosas de la ética en Estados Unidos, Sissela Bok (autora de Lying: Moral Choice in Public and Private), argumenta que la legalización de la eutanasia y del suicidio con ayuda médica comportaría graves riesgos y que en ningún modo sería útil para tratar de modo adecuado las necesidades de las personas que se encuentran al final de su vida, en especial en las sociedades donde no toda la población goza de asistencia médica.