Todos somos mentirosos, y la mayor de las mentiras consisten en fingir que nunca se miente. Mentimos en diferentes grados, a veces para esconder nuestros verdaderos sentimientos, a veces para no herir a los demás. ¿Y acaso no se nos enseña que algunas verdades no se deben decir?
Algunas mentiras son benignas, otras pueden destruir relaciones basadas en la confianza. Por fortuna, es posible descubrir las mentiras o la simulación y saber si podemos fiarnos de verdad de nuestro interlocutor. ¿Cómo? Reparando en la falta de coherencia de su discurso, en el tono de su voz, en la expresión de su rostro y en su lenguaje corporal.
Este libro, que propone tests y ejercicios prácticos, le ayudará a reconocer los intercambios auténticos, lo que le evitará sorpresas desagradables y decepciones.