¿Cómo conciliar las contradicciones de toda una vida en una sola obra? Tal podría ser la pregunta ante la que situar al lector de esta compilación del filósofo nacido en Rusia, de tradición judía y nacionalizado francés. En ella se pone de manifiesto la identidad aparentemente imposible entre el realismo de lo inmediato de un Tolstói confrontado con la muerte, la contradicción del judío exiliado por la historia, ya desde su nacimiento, siempre otro además de sí mismo, y el ejemplo de tres buenos maestros ajenos a los particularismos y limitaciones de un territorio y una época determinados.
No hay respuesta a la pregunta en esta serie de escritos dispersos a lo largo de toda una vida y reunidos aquí. Más que en ninguna otra de sus obras, Jankélévitch ofrece aquí una visión global, coherente, de una vida y una obra en la que por encima de todo encontramos, como él mismo dice de uno de sus maestros, un esfuerzo por comprender: «no detestar, no indignarse, no lamentar nada, ?sed intelligere?, sino ante todo comprender»; vida y obra a través de las cuales el lector atento verá, no sin asombro, surgir, como si de una fuente se tratase, un sentido.