A lo largo de su brillante carrera como creativo publicitario, Paul Arden llegó a la convicción de que la reivindicación de lo que nos distingue de los demás es la mejor vía para triunfar. En efecto, las personas que se adaptan estrictamente a su entorno, procurando no hacer ruido y renunciando a sus propias ideas, no pueden aspirar más que a un honroso segundo plano. Según Paul Arden, la clave del éxito se basa en pensar exactamente lo contrario de lo que primero nos viene en mente. Las enseñanzas de Arden constituyen una base firme para la autoafirmación personal y nos ayudan a no desperdiciar el talento que llevamos dentro.