Podría decirse que la filosofía lleva ADN de Schelling desde el siglo XIX hasta la actualidad. Hoy, tras
los horrores y fracasos del siglo XX, aumenta la vigencia de Schelling. La ilustración entra con arritmia en el siglo
XXI. ¿Quién se atreve a sostener hoy que el mundo actual haya nacido de la matriz de la razón? La libertad no es un
obús que marca el trayecto de la historia; es, más bien, posibilidad del bien y del mal, de fracaso y nuevo comienzo.
Nadie como Schelling pensó tan a fondo el don precioso y peligroso que marca la irrepetible singularidad del hombre.