Hace unos cincuenta años, el matemático John con Neumann y el economista Oskar Morgenstern comprobaron que «los problemas clásicos del comportamiento económico se hacen estrictamente idénticos a las nociones matemáticas de determinados juegos de estrategia». El resultado de esa investigación desembocó en la creación de la teoría de juegos. Desde entonces, esta nueva disciplina ha encontrado aplicación en campos tan diversos como la designación de jurados, la distribución de tanques en una batalla o la formación de coaliciones políticas; su enfoque resulta adecuado para cualquier situación en la que existan intereses encontrados y, por tanto, la posibilidad de cooperar o competir.