Jordania es un país de contrastes donde confluyen Oriente y Occidente, tradición y modernidad. Petra, la mítica ciudad rosa del desierto, una de las poblaciones más enigmáticas y bellas de la historia, y Gerasa (Jerash), la antigua ciudad romana, justifican por sí solas un viaje a Jordania. Pero aún hay más, la capital Ammán, cosmopolita, bulliciosa y escuela de convivencia entre diversas religiones y pueblos.
Ni antiguo ni moderno, sencillamente excepcional, puede calificarse el desierto de Wadi Rum, dominado por impresionantes pitones rocosos.