El régimen autoritario del general Franco, nacido de una victoria militar que se convirtió en recuerdo permanente e inspirador de las actuaciones del Gobierno, estableció un sistema de partido único, del que formaban parte distintas corrientes políticas. Una de éstas era la de los católicos, que tuvieron un peso significativo desde los comienzos, estando presentes en importantes ministerios como el de Educación, o, desde 1945, el de Asuntos Exteriores. Esto no implicaba que los demás no fuesen también católicos; aludía más bien a una identificación con la doctrina de la Iglesia, a la que parecían representar... al menos oficiosamente. Con este libro se pretende facilitar la comprensión de la actuación de una parte de la sociedad española, católica también, pero no identificada con las consignas del Régimen, que intentaba hacer compatible en su propia trayectoria vital el catolicismo con una visión pluralista y democrática de la actividad política. Esto le llevó, necesariamente, a situarse en una oposición al régimen de Franco; y, si no en exclusiva sí mayoritariamente, este sector estuvo representado por los hombres que podemos encuadrar dentro de la democracia cristiana. Una democracia cristiana que, pese a sus divisiones internas, estaba llamada a sustituir el régimen de Franco en bipartidismo con los socialdemócratas, que fue incluso la inspiradora del modelo democrático que habría de suceder a la dictadura, pero que, por tazones que se analizan en esta obra, en la práctica desapareció del mapa político español tras las elecciones democráticas de 1977.