A principios del siglo XVIl fray Pedro de León denominó "mariposas" a los que practicaban la sodomía. Su argumentación era que los sodomitas son como mariposas porque "las mariposas" tentadas por la atracción de la llama "vuelan adelante y atrás, cada vez acercándose más y más al fuego" hasta que finalmente se queman en su totalidad. Los sodomitas "que no se enmiendan, llevados por el pecado acabarán por fin en el fuego como mariposas", aseguraba De León.
A través de fuentes y manuscritos originales encontrados en diferentes archivos (Archivo General de Indias de Sevilla, Archivo General de la Nación de México, Archivo General de Simancas, Archivo Histórico Nacional de Madrid, Archivo Municipal de Sevilla, Archivo Real Chancillería de Valladolid,...), a través de un metódico y exhaustivo trabajo de campo, el autor desgrana con gran rigor histórico y amenidad la actuación de los temibles tribunales de la Corona en sus juicios, torturas y posterior condena a la hoguera de los acusados de cometer el "pecado nefando".
El estudio se centra en los discursos sobre sodomía que surgieron en Andalucía, centro del colonialismo español y en México, su primer y más grande Virreinato. Los documentos de archivo consultados para este estudio cubren el período entre 1561, el año de los primeros procesos por sodomía en la España moderna y 1699, el año que marcó el fin del reinado de los Habsburgo en España y en la Nueva España.
En aquella época en que el discurso de la "hombría" española se sustentaba en textualizar la sodomía como un pecado y un crimen contra natura, una especie de plaga pestilente contagiosa a menudo importada del exterior, se desencadenó una auténtica caza contra el sodomita. Si era necesario se torturaba hasta límites insospechados para corroborar una denuncia que conduciría, casi siempre, a la muerte. Aunque el condenado fuera inocente la tortura se encargaba de que él mismo, si era necesario, se autoinculpara. Había que alimentar el fuego para que siguiera creciendo el horror.
Un libro de historia fascinante donde el autor nos descubre que la sodomía percibida como un crimen y un pecado contra natura no fue dada sino que fue fabricada activamente. Argumentos ficticios, procedimientos jerarquizantes, selectivos y artificiales, estaban subordinados a varios poderes e intereses políticos.