En este magistral nuevo estudio, Peter Burke explora la historia sociocultural de las lenguas habladas y escritas en Europa entre la invención de la imprenta y la Revolución francesa, sosteniendo que, desde el punto de vista lingüístico, el espacio de tiempo comprendido entre 1450 y 1789 debe ser considerado como un periodo diferenciado. Algunas de las cuestiones más importantes que se abordan en el libro son la relación entre las lenguas y las comunidades (regiones, iglesias, profesiones y géneros, además de naciones), y el lugar que ocupa la lengua como medio para identificar al otro, además de como símbolo de la propia identidad. El autor analiza también los diversos conflictos lingüísticos que se generaron a lo largo de la Edad Moderna: entre el latín y las lenguas vernáculas. entre las diferentes lenguas vernáculas –dominantes y subordinadas–, y, finalmente, entre las diferentes variedades de una misma lengua vernácula, como es el caso de las lenguas estandarizadas y los dialectos. Escrito por uno de los principales historiadores culturales de Europa, este libro vuelve a situar la historia de las múltiples lenguas europeas en una gran variedad de contextos.