«La vida es vivir. No es un objeto; es un proceso. No hay otra forma de conocer lo que es la vida más que viviendo, estando vivo, fluyendo, discurriendo con ella. Si buscas el significado de la vida en algún dogma, en una determinada filosofía, en una teología, da por seguro que te perderás lo que es la vida y su significado.
La vida no te está esperando en ninguna parte; te está sucediendo.
No se encuentra en el futuro como una meta que has de alcanzar; está aquí y ahora, en este mismo momento, en tu respirar, en la circulación de tu sangre, en el latir de tu corazón. Cualquier cosa que seas, es tu vida, y si te pones a buscar significados en otra parte, te la perderás.»
Como todo el mundo sabe, la muerte es algo que siempre le sucede a los demás: a gente ajena a ti, desconocidos, extraños. No es algo imaginable para uno mismo.
Este libro podría hacer concebible el admitir tu mortalidad. Incluso podría hacer que esta perspectiva se convierta en algo interesante o que despierte un cierto sentido de la curiosidad, no hasta el punto de querer saltar debajo del próximo autobús, sino hasta el de poderte relajar en lo inevitable. Y la vida, liberada del miedo, podría aparecer como algo más agradable.
La singular perspectiva de Osho, que entiende la muerte como un momento único de celebración -si sabemos cómo vivir la vida, sabremos cómo morir-, transpira de estas charlas basadas en anécdotas originales de la tradición de los místicos hasídicos, a la vez que nos ofrece sus respuestas a las a menudo hilarantes preguntas que le son planteadas durante la celebración de los encuentros.