Hay relatos de tamaño convencional y otros que ocupan un sólo párrafo; uno está escrito como un esquema y otro como una entrada de diccionario; hay transcripciones de entrevistas cuyas preguntas jamás leemos, pero imaginamos; hay notas a pie de página que puntúan (y a veces desmienten) lo que dice el texto. Hay hombres que hablan de sus obsesiones sexuales, sus fetiches y sus fantasías, para revelarse como meros depredadores y a la vez tremendamente humanos en sus miedos a las mujeres, a la intimidad, al compromiso y al amor; hay una persona deprimida; hay una esposa obsesionada por complacer sexualmente a su marido; hay un niño de trece años que se tira desde el trampolín de la piscina. En definitiva, una colección de relatos anárquica y exuberante.