En Egipto y en otros lugares se han encontrado objetos y máquinas que desafían nuestra imaginación. Y alguno de estos objetos, como la Gran Pirámide de Gizeh, siguen planteándonos sus enigmas.
La explicación habitual de que sólo era una tumba no corresponde a la realidad de los hechos (en ninguna de las numerosas pirámides de Egipto se ha encontrado jamás un enterramiento original) y deja sin explicación muchos detalles. ¿Cuáles eran los propósitos de sus numerosas cámaras y pasadizos en ángulo? ¿Por qué fue construida con tal precisión milimétrica? ¿Y si fuese una gigantesca máquina, una poderosa central energética?
Las observaciones recogidas en este libro plantean la posibilidad de que en el antiguo Egipto existiera una tecnología realmente avanzada.