Álvaro Zuloaga, traductor de una importante editorial de Milán, decide tomarse un año sabático en Madrid, su ciudad de origen, pero un encuentro inesperado con un adolescente en la pensión donde se aloja a su llegada, cambiará radicalmente el rumbo de su vida. Marcado por una infancia cuyos recuerdos dolorosos lo asaltan constantemente y por un matrimonio frustrado del que tiene una hija pequeña, Álvaro es incapaz de establecer una relación amorosa con David, el adolescente huérfano que pinta ángeles con maestría y luego los mutila, el mismo que afirma que un ángel rubio se le aparecía de niño en su dormitorio; y recurre a un viejo amigo, Dzevo, maquillador de cadáveres, con quien tuvo cierta relación varios años atrás, para liberarse de los fantasmas de su pasado y también de David, cuyo amor impulsivo lo desborda y al que es incapaz de corresponder. Se establece entonces un triángulo amoroso, donde cada uno de los integrantes lucha por sobrevivir y alcanzar la felicidad aun a costa del dolor y sacrificio del otro. David se convierte en una especie de ángel terrible, cuya conciencia implacable persigue al protagonista, y en su afán por obtener el amor que nunca tuvo de niño, mutila o destruye cuanto halla a su paso.