Este relato continúa deparándonos sorpresas, no tanto por sus cualidades literarias, cuanto por su habilidad para trazar la biografía de determinados personajes representativos de nuestra sociedad. Hoy, más de cien años después, estos personajes continúan poblando las instituciones sociales, sin que nada haya cambiado en su porte ni en sus maneras. No cabe duda que Georges Darien supo captar con maestría ese fermento aglutinante de las relaciones sociales autoritarias y el plasma que contribuye a su perpetuación.