Una roca en la costa normanda azotada por las tempestades, un lugar de cultos primitivos celtas que fue santificado por los primeros cristianos: el Mont-Saint-Michel todavía no ha revelado todos sus secretos. A principios del siglo XI, los constructores de catedrales erigieron en honor del arcángel san Miguel, guía de las almas al más allá, una gran abadía. Mil años más tarde, Johanna, una joven arqueóloga apasionada por la Edad Media y encargada de llevar a cabo excavaciones en la célebre abadía benedictina, se encuentra prisionera de un enigma en el que pasado y presente se unen en forma extraña. Muertes rituales, secretos milenarios, amores prohibidos del pasado que renacen impetuosos en el presente. La joven arqueóloga debe recorrer un camino de vuelta al ayer, que la sitúa ante una historia que ha perdurado en el tiempo esperando su desenlace final, mientras una voz en sus sueños le repite: «Hay que cavar en la tierra para acceder al cielo».