El singular investigador Max Riera sigue acomodado en su nostalgia, esperando que la vida no se le complique demasiado y acatando a rajatabla la ley del mínimo esfuerzo. Hippy por convicción y detective por necesidad, los acontecimientos le harán abandonar su «reino» de la plaza Real, rincón tan canalla como entrañable de la vieja Barcelona. La misteriosa muerte del arquitecto Claudio Moraga, después de una comilona en el reducto hippy de La Floresta, provoca que, junto a su inseparable Roc, Max inicie otra de sus rocambolescas actuaciones.
En las tres novelas de Max Riera (El último hippy, Zanzíbar puede esperar y El hombre que adoraba a Janis Joplin) la pluma satírica de Moret escoge lo más sórdido de la rutilante Barcelona para arremeter contra la especulación urbana, el abuso de poder y el delirio yuppie desde la óptica de un noble hippy a medio reciclar, todo ello aderezado con una trama de novela negra y humor ácido en abundancia.