Darashikoh Shezad emprende un viaje sin retorno desde su confortable vida de la jet set hasta el mundo marginal del robo y la drogadicción. El protagonista se zafa de una clase férreamente establecida con el pleno convencimiento de la nueva fuerza liberadora que anida dentro de él. En Humo de mariposa asistimos a la gradual caída de un joven autodestructivo de clase acomodada en un Pakistán moderno y sorprendente a los ojos de un occidental, más allá de la novela de denuncia o costumbrista, no por ello sin dejar de lado aspectos muy concretos de su sociedad (diferencia de clases y de género, avance del fundamentalismo, clima bélico, corrupción...), que se cuelan por los resortes de la trama. El autor, a su vez, juega hábilmente con diferentes niveles narrativos, intercalando varios puntos de vista acorde con sus personajes y creando un puzle (en ocasiones, recuerda al Cortázar de Rayuela) que un lector astuto habrá de descifrar.