A través de la historia de Peter Kien, un especialista en China internacionalmente conocido, propietario de una biblioteca de 25.000 volúmenes de la que se ocupa él mismo, Canetti habla de los peligros de considerar que un intelectualismo rígido y dogmático, encerrado en sí mismo, pueda prevalecer sobre el mal, el caos y la destrucción. Así, el protagonista de Auto de fe, después de soñar que sus libros eran quemados, se casa con su asistenta, Teresa, una mujer iletrada y embrutecida, que habrá de ayudarle en la tarea de preservar su biblioteca. Pero Teresa le echa de su casa y Kien, convertido en un mendigo, vaga por el submundo de la ciudad, con su espíritu fluctuando entre horribles alucinaciones y una realidad inenarrable. Su desintegración final le llevará, en una acción que cierra el ciclo de su sueño premonitorio, a quemar su biblioteca y esperar allí la muerte, en medio del incendio.