Esta vez Pope expone a su protagonista a una de las misiones más arriesgadas y complejas a las que podía enfrentarse un joven capitán de la Armada, imponer su autoridad sobre una tripulación de haraganes, más veteranos y expertos que él mismo y a menudo bastante más violentos. Sin embargo, esta novela destaca en el ciclo Ramage por la excelente recreación de un episodio insólito para los historiadores: la toma del insignificante peñón del Diamante y el modo en que se pudieron instalar allí baterías para convertirlo en un punto estratégico de primer orden para controlar las aguas caribeñas. Eso permitió a los británicos poner en jaque a la Armada francesa de la zona y mantener inactiva una parte de la flota napoleónica. Pope desarrolla una hipótesis muy convincente, y lo hace mediante un relato emocionante y repleto de acción.
Pope es el autor que tiene un mayor conocimiento de la época de Nelson, a la que ha dedicado numerosos ensayos que lo prueban. Eso le permite aunar como nadie el espíritu de la aventura y la fidelidad a las circunstancias políticas, económicas, militares y sociales de la época.